Una vez en tierra, los troncos son llevados a nuestro aserradero donde son lavados y procesados.
Es una etapa de sopresas y magia. Troncos envejecidos y sin mayor información exterior, van mostrando su identidad con cada corte realizado, enseñando su veteado particular en cada tablón, los colores y aromas del aserrín que nos indican la especie rescatada.
Los cortes toman en cuenta las características de cada tronco y los futuros diseños a ser realizados.