Todos nuestros muebles comienzan en el agua. Con el uso de diferentes técnicas y equipos, somos capaces de reflotar troncos de grandes dimensiones, de primera calidad para la confección de muebles y otros trabajos en madera.
El buceo apnea es la mejor forma de realizar las faenas de exploración e identificación de piezas hundidas, para ser posteriormente rescatadas con globos de levante.
Una vez en tierra, los troncos son llevados a nuestro aserradero donde son lavados y procesados.
Es una etapa de sopresas y magia. Troncos envejecidos y sin mayor información exterior, van mostrando su identidad con cada corte realizado, enseñando su veteado particular en cada tablón, los colores y aromas del aserrín que nos indican la especie rescatada.
Los cortes toman en cuenta las características de cada tronco y los futuros diseños a ser realizados.
Para realizar el secado al natural, las maderas son encastilladas en nuestros galpones, rodeados de bosque renoval.
El viento es nuestro principal aliado en este tiempo de curado, un proceso que puede tardar hasta 4 años dependiendo de la especie.
Una vez las maderas están secas, son trasladadas desde el sur a nuestro taller en Santiago, donde los tablones son nuevamente inventariados, contándose con un completo registro de las maderas disponibles para trabajar.
La mezcla de trabajo manual y maquinaría del taller, junto a la experiencia y apertura al aprendizaje de nuestro equipo humano, concretan la transformación final de la materia prima en nuestros muebles.
Nos enfocamos en todos los detalles que resalten el carácter de nuestras maderas, con especial enfásis en el lijado y sellado, permitiendo que cada pieza muestre su total identidad.